DISCURSO DE ALFONSO ZURRO, PRESIDENTE DE LA ACADEMIA DE LAS ARTES ESCÉNICAS DE ANDALUCÍA. GALA DE LOS 11 PREMIOS LORCA 2025
Foto de Curro Medina
Sevilla, 9 de abril de 2025
Buenas tardes.Bienvenidas, amigas, amigos, autoridades, y representantes de asociaciones y otras organizaciones.
Nos encontramos aquí para celebrar un año más, y con este ya van once, los premios Lorca de las Artes Escénicas de Andalucía; y por tanto felicito a todos aquellos que contra viento y marea siguen creando espectáculos en esta tierra.
Quiero empezar agradeciendo a la Fundación SGAE la colaboración que siempre ha dado a estos premios y el continuado apoyo que presta a nuestra Academia.
Gracias también a la Consejería de Cultura y Deporte, su Agencia Andaluza de Instituciones Culturales por su apoyo, y por supuesto, al Teatro Central y a todo su equipo, por habernos acogido en esta edición, que está dedicada a la danza.
En los orígenes teatrales de la antigua Grecia, las representaciones incluían, poesía, música, cantos, interpretación, danza, rituales… es decir, todas las artes escénicas unidas. Mucho nos enseñaron los griegos.
Quizá demasiado, porque hace unos días una concejal de nuestra tierra subió a un escenario para detener la representación de la comediaLisistrata, escrita por Aristófanes hace 2.500 años. Una pieza anti belicista por antonomasia, donde las mujeres de la época organizan una huelga sexual para conseguir la paz. Suponemos que ese coctel de guerra, paz y sexo con el lenguaje desmesurado y genial de Aristófanes le provocó a la edil un cortocircuito inquisitorial, imposible de digerir en estos tiempos de cultura de la corrección, y pasión guerrera.Preocupémonos.
También en los corrales de comedias del Siglo de Oro español el teatro y la danza iban de la mano, no eran independientes, integrándose unos en otros con, por ejemplo, esos bailes, calificados por los biempensantes, de obscenos y demoniacos comoeran la zarabanda y la chacona.
Los ministros de la santa iglesia andaluza, afligidos por la pureza de sus fieles, consiguieron que se cerraran corrales y se prohibieran teatrosy bailes en media Andalucía por ser «pecaminosos y atraer la peste». Y en esta ciudad, siempre a la vanguardiade la fe, la clausura duró casi un siglo. O sea, tres generaciones de sevillanos entre el siglo XVII y XVIII nunca conocieron el teatro ni la danza. Eso sí, aumentaron el número de sermones, cofradías y procesiones.
Mirar el ayer es descubrirnos reflejos e iluminaciones en el de hoy.
E inquietarnos, porque de los menguados presupuestos de la cultura andaluza (de los más bajos por habitante de España), el pasado ejercicio quedaronremanentes y partidassin gastar, quese reinvirtieron ensufragarmagnas procesiones.
Sorprende la facilidad que dio Sevilla para que se eliminaransus corrales de comedias, mientras en otras partes de Andalucía, y el resto de la nación no fue así. Y esto nos angustia cuando contemplamos su reflejoen el esperpéntico cierredel Teatro Lope de Vega.
La historia del teatro y del baile prohibido en Sevilla, termina con la llegada de un personaje extraordinario, Pablo de Olivade, un limeño, afrancesado, que fue nombrado superintendentede Nuevas Poblaciones en Andalucía. De las avanzadas reformas que llevó a cabo una de las primeras fue:«autorizar teatros y bailes por la importancia y beneficios que aportan las comedias y las danzas al desarrollo de la sociedad», e incluso fundó aquí la primera escuela de comediantes y comediantas de España.
Quizá nosotros necesitemos de un Pablo o Paula de Olavide para que las artes escénicas andaluzas adquieran esa importante consideración artística, política y social.
Y en la danza, de una forma muy especial, porque según el anuario de la SGAE, esta sigue sin recuperarse del número de actuaciones y espectadores, que tenía antes de la etapa COVID.
Entre las incidencias más negativas que le ha ocurrido a la danza, en los últimos tiempos, está la desaparición del Centro Andaluz de Danza.
El Centro fue lugar de formación y cantera de bailarines y coreógrafos. Por allí pasaronla mayoría de creadores andaluces que ahora están en activo. Tanto en danza contemporánea como en flamenco. Entre ellos los más significativos.
Y cuando todo esto se ha enterrado, la danza andaluza siente que se va quedando sin relevo generacional. Ahora, los jóvenes bailarines y bailarinas que terminan sus enseñanzas, si quieren especializarse y desarrollarse sólo les queda emigrar de Andalucía.
Aquí, en Sevilla, la danza también ha recibido dos fuertes mazazos: la desaparición del Mes de Danza, y la pérdida de la Naves de Calatrava.
Lo que está viviendo la danza, ya lo sufrió años antes el teatro y las consecuencias van por el mismo camino.
¿Por qué destruimos lo que funciona?
Seguimos al albur de caprichos de gobernantes y de pegarnos, profesionalmente,cuchilladas bajo tierra.Somos de un cainismo estúpido.
No podemos esperar milagros.Solo nos queda unirnos y trabajar. La Academia no es un sindicato,es un lugar de encuentro y pensamiento para mejorar nuestra profesión. Hemos de hacer propuestas y planteamientos lógicos, sensatos y abarcables.No es nuestra función trabajarpor lo particular, sino por lo general.
Por eso es necesario y urgente que organicemos un Congreso para elaborar un libro blanco de las Artes Escénicas en Andalucía.Hablar, escucharnos, pensar, comparar, contrastar, analizar, proponer y exigir a las administraciones. Exigir. Exigir. Y exigir. Con datos y razonamientos. Y después…
¿Conseguiremos que aumenten significativamente los presupuestos en las artes escénicas?
¿Conseguiremos una ley de las artes escénicas, como ya existen la del cine y la del flamenco?
¿Conseguiremos que los teatros de las capitales andaluzas, incluido este donde ahora nos encontramos, confíen y programen más producciones andaluzas?
¿Conseguiremos que nuestras creadoras y creadores estrenen de forma digna en su tierra y no tengan que emigrar?
Podríamos seguir preguntándonos, porque son tantas las metas que quizá nos parezcan imposibles. Pero hay que ponerse en marcha. Quien no camina no avanza.
La historia de Pablo de Olavide en Sevilla terminó mal. Nueve años después de su nombramiento fue detenido por la Santa Inquisición; entre las muchas acusaciones contra él, figuraba la de «establecimiento de comedias y bailes públicos en los días sagrados».Fue declarado «convicto, hereje, infame y miembro podrido de la religión», siendo condenado a ser encerrado ocho años en un monasterio.
Las inquisiciones actuales son muy diferentes, más complejas y retorcidas. Con solo abrir un poco los ojos las descubriremos tanto en el día a día como en nuestra labor creativa.
Esto nos obliga a ser críticos y rebeldes. A no bajar la guardiafrente a nuestros gobernantes y sus políticas. Y a seguirhaciendo lo que amamos:espectáculos donde advirtamos de las miseras y grandezas del ser humano en estos tiemposconvulsos.
Nuestro trabajo se fundamenta en reflejar el mundo que nos rodea, y en estos momentos de imperialismos belicistas,giremos el rostro haciaLisitrata, y su imaginativo camino hacia la paz.
Amigas y amigos de sueños, persigamos la verdad y busquemos la belleza, el público lo necesita.
Gracias.